Tanto el uno como el otro, es decir, ya el enanito del c-n-e como el sufrido Julian, se han convertido en la peor pesadilla del regímen así como en los funcionarios indispensables. A ellos dos el regímen los tiene que tratar con pinzas, ya que saben demasiado sobre los dos aspectos que definen la etapa mono-color en que devino la ultima gran equivocación de los electores venezolanos en el siglo 20. Uno conoce -mejor que nadie- los truculentos mecanismos mediante los cuales este gobierno ha pulverizado la soberanía dle pueblo venezolano y es el principal arquitecto de dicha atrocidad. El otro es el brazo ejecutor de la insidiosa pero repugnante campaña de represión de toda voz disidente.
Lo que no soporta el mofletudo líder de la robolución es que ya agotó el mecanismo del achicharramiento ("El juicio del siglo,: de acuerdo un Rodríguez) y se vería mal que, teniendo todos los hilos del poder, le asesinaran a otro de los altos funcionarios del pasticho definido en la Bicha (no confundir con la madre de la morrocoyita). Por otro lado, el método del achicharramiento haría cada vez más dificultoso encontrar esbirros para ocupar ese y otros cargos dentro del alto gobierno, por mas billete que haya de por medio ("Pezcuezo no retoña").
Eso, sospechamos, es lo que tiene de mal humor al rechoncho líder absoluto. Para él que se desplome el ex-viaducto es irrelevante, como es irrelevante que los pobres sean cada vez mas pobres, que su papá (el bi-dente) o los empleados de su padre desplumen una Central Azucarera, o que del Tesoro Público desaparezcan dos, tres o 40 millarditos.
Por eso dice que se encuentra preso. Por un lado, un par de gorilas con sospechoso acento cubano no lo abandonan ni para defecar, no vaya a ser que se le ocurra repetir la idiotez de renunciar a la presidencia; y por otro lado, al igual que el achicharrado Danilo, a ambos Rodríguez le han mutado las agallas típicas de la selección natural de una dictadura, por mas tropical que sea ésta.
Ambos Rodrígez, con sus retrecherías, tienen secuestrada a la población, y a la clase política bolibanana, y así creen que van a burlar a la justicia -a la humana como a la divina (balalaos et al). Del estudio de la historia sabemos que el terror es un arma filosa que corta en ambos sentidos. Una cosa es el terror que ejerce sobre la población el poder sin controles, pero es siempre mayor el terror de los sátrapas. Porque el día en que caen en manos de la masa enardecida, ni siquiera sus propias leyes los pueden salvar de terminar patas arribas como cualquier vulgar Mussolini.
El regímen camina en la cuerda floja. A un lado, otro crímen que, por mas político que éste sea, se sumará a la hoy larga lista de delitos cometidos y en espera de ser juzgados; al otro lado, el peligro de ser revelados sus secretos más íntimos. Si los nombra para cargos diplomáticos (la manera elegante y puntofijista de salir de los funcionarios molestos), corre el riesgo de que los enemigos le susurren al oido y comiencen a conspirar en un irrelevante intento de salvar el pellejo propio, buscando indulgencias, o, lo mas probable, negociando la información que tienen del cangrejo...
Como un Hamlet bananero, la tragedia del Goriloro es que en realidad no tiene ya como salir del berenjenal. No hay disyuntiva alguna.
Siempre queda el expediente del achicharramiento, claro...
lunes, marzo 20, 2006
Rodríguez o Rodríguez
Escrito por Bandera Negra a las 4:50 a. m. 2 Derecho de Réplica
Suscribirse a:
Entradas (Atom)