... defecando, decían las viejas en mi pueblo y así parecían mas elegantes. O al menos menos vulgares.
Ante la derrota de diciembre pasado, hemos considerado necesario tomarnos unos días. Es asombroso -al menos interesante- la inexorabilidad de ciertos procesos históricos. Venezuela escogió el peor de los caminos a su disposición y la opción no era tampoco brillante. "Cualquier cosa es mejor que el Meneo de Jeta."
Ahora el meneo de jeta es incesante. Los discursos, el Aló Presidente que revelan, insistimos, la verdadera vocación del mofletudo y que, de no estar acompañados de la astucia política malévola que ya conocemos y una ambición psicotica, proporcionaría placer en vez del inmenso sufrimiento que ha causado su asalto a la civilización y su retorno -a coscorrones- a un pasado que creíamos superado.
Puede discutirse que durante los 40 años dorados de la democracia según el modelos puntofijista, muestra el documento político mas importante e influyente después del Decreto de Guerra a Muerte. Y aunque se discuta si el efecto final beneficioso (en el caso del Decreto Mortal) o pernicioso (el descalabro del puntofijismo nos dejó enpichacados de bolibananismo rupestre) valió la pena. En el caso del Mortífero Decreto del enano Simón, el efecto fue derramamiento innecesario de sangre fraterna, aunque al final se haya logrado derrotar a las fuerzas coloniales. Por otro lado, durante 40 años disfrutamos de un "sistema de libertades," que quedó petrifificado y finalmente se desmoronó como una galleta.
Y esos 40 años -la edad dorada- muestran importantes resultados en educación, sanidad rural y urbana, vialidad, infraestructura, además de establecer una industrria petrolera de magnitud global con una presencia fuerte el el imperio. El producto total, especialmente gracias a las becas Gran Mariscal de Ayacucho, era una sociedad moderna y jóven dispuesta enfrentar los retos del futuro.
El pasado remoto. Una realidad que estalló en el Caracazo -que ha debido llamarse el Guarenazo. Pero que, en medio de dificultades extraordinarias, logró comenzar una reforma y una apertura que forzaron cambios de actitudes y, como con cualquier ajuste, condiciones de pobreza que requerían -entonces, pero todavía ahora- atención urgente. En este clima, mientras fuerzas oscuras movían sus fuerzas detrás de bambalinas, el país comenzó a mostrar una mejoría palpable, especialmente cuando los beneficios de la descentralización político territorial y la desconcentración funcional (y otros detalles, como aplicar la única provisión de la Constitución de 1961 que nunca se atrevieron a aplicar adecopeyanochiripericos - las libertades económicas).
Todo eso echado por la borda y la constiución archivada. La nueva constitución es mucho mas pior. Y presenta inconvenientes difíciles de superar además de una concepción centralista inaceptable e inconveniente. Así como la constitución de 1961 establecía instituciones que funcionaron, hasta ahora la Bicha (Pontifex Maximus dixit) no ha dmeostrado ningún efecto de unidad y hoy los venezolanos nos encontramos al borde del precipicio.
Civilización o barbarie. Centralización o federalismo. Nuestra memoria es tan débil que nos merecemos vivir la eterna repetición de nuestra historia, fracasada, aunque con algunos momentos gloriosos, especialmente en sus dos extremos, principio y final.
Nuevamente nos encontramos ante la disyuntiva doble que define nuestra política bipolar latinoamericana. Pareciera que la sociedad escogió algo extraño, nuevo, que ladre y, ocasionalmente, muerde, pero que logró efectuar algunos cambios que eran necesarios. Un cesarismo de apariencia democrática y desesperado del momento en que la sociedad finalmente se le rendira ante los pies y lo adorará como el nuevo Pontifex Máximo Socialista.
Quizá con cada pujada, se le reviente una venida en el culito...
bang!
miércoles, marzo 07, 2007
Arecchito murió...
Escrito por Bandera Negra a las 4:20 a. m.
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