Organizarse para vencer

El exito de la resistencia venezolana es motivo de orgullo e inspiración suficiente para continuar la lucha. Al contrario de lo que muchos piensan, la resistencia de los aguerridos venezolanos a las pretenciones hegemónicas de un grupito de delincuentes que asaltaron el poder en 1998 es la razón por la que que hoy -todavía- ellos no nos han podido esclavizar.

Si no hubiéramos marchado como lo hicimos el 11 de abril de 2002, con seguridad el proyecto bolivariano habría continuado a toda velocidad en su carrera desenfrenada hacia la trituración de todas las estructuras institucionales. La activación del referendo revocatorio en 2004, más que expresión de un sistema constitucional para expresar el masivo rechazo a un regimen corrupto y asesino, fue la demostración de que el pueblo, en su empeño, es capaz de organizarse para recuperar las libertades perdidas.

Ambos eventos fueron la culminación de de dos etapas de la lucha que tuvimos que agotar. El primero demostró que tenemos frente a nosotros a un enemigo cínico y sanguinario para el cual no es obstáculo derramar la sangre de sus compatriotas con tal de seguir aferrado al poder. Y el segundo, que están dispuestos a gobernar aun en contra de la expresión soberana de la mayoría. Uno y otro son prueba de que no podremos recuperar la libertad sólo con la manifestación espontánea de rechazo del pueblo. Hace falta mas.

Lo que falta es que nos organicemos para que nuestra lucha sea mas efectiva. Para que los tiempos duros que se nos avecinan nos encuentren preparados para defendernos de la guerra que nos ha declarado la barbarie. Para coordinar el esfuerzo de los numerosos grupos que se han formado, y sus diferentes estrategias para la lucha. Para que con nuestra acción decidida, podamos vencer de manera definitiva a las fuerzas de la oscuridad y lograr, quizá por vez primera en nuestra historia desgraciada, un país con instituciones fuertes al servicio del pueblo, en donde la expresión política no sea objeto de la represión homicida de una oligarquía militar, y en la que reine la justicia y la paz.

En los próximos días y en rápida sucesión vamos a publicar una serie de documentos que servirán de material para que los diversos grupos que nos oponemos a la tiranía se organicen, para coordinar el esfuerzo, y para preparar una transición que impida que sea traicionado el proyecto de la Venezuela que todos merecemos.

Reculando

La verdad es que demandar a El Universal por declarar que la justicia estaba arrodillada era una manera elegante de decir que, en realidad, lo que estaba era mamando. Es verdad que la libertad de prensa no es absoluta, pero la opinión es libre y ésta, hoy día, no depende de las empresas que emplean a los periodistas y sus múltiples bozales de arepa y otros bitúmenes.

Por eso el impresionante recule del regimen bolibanano, que amenaza, muestra los dientes, gruñe, pero es incapaz de morder cuando el resto del mundo tiene los ojos puestos sobre su conducta. No basta con que Isaías (hoy, después de la decisión de la Corte Suprema, lo único que le queda para conservar algo de dignidad, es renunciar) se haya sentido vilipendiado por un editorial que solo describe una realidad.

Y este no es el único recule. Todos lo escuchamos declarar que si el gobierno de Mr. Danger (George W. Bush, the asshole) no extraditaba a Luis Posada Carrilles, entonces la conclusión era que la Repúlica Bolianana no tenía razón de mantener una embajada en Washington.

No lo extraditaron.

No retiraron la embajada.

¿Entonces?

Recule.


bang!