Estrategia Mediática I - Boicot

(Esta es una versión de un artículo escrito en San Cristóbal, en junio de 2003).


(a) No nombres al DICTADOR. Ni su nombre ni su apellido. Las comunicaciones mas ecuánimes pueden limitarse a decir: "el Presidente" o "el inquilino de Miraflores" etc. Algunos como nosotros nos referimos en términos un poco despectivos, el "Zambo de Sabaneta", "Bola de Grasa", "el inepto líder de la Revolución Terrorista", "el Jefe de la Malandrocracia Bolibanana" las posibilidades son infinitas (ultimamente nos hemos referido a él como Goriloro). Otros miembros de los foros han hecho el esfuerzo de modificar las noticias sustituyendo el nombre del Dictador por "el mayor hijo de puta de la historia," claro, esto es conforme con la teoría del boicot mediático, pero le da demasiado importancia al personaje. En la historia hay hijos de perra aun mayores que este cruel carnicero que nos quiere atapuzar una ideología extranjera, criminal y opresiva.

La idea detrás de esta estrategia es simple. Hemos hablado en otras ocasiones del "poder de la palabra." Escribimos ESTATUA DE LA LIBERTAD y todos quienes lo leen inmediatamente se imaginan a la monumental escultura que da la bienvenida en la entrada de la bahía de Manhattan. Lo mismo pasa cuando decimos/leemos el nombre de Goriloro, y así, de alguna manera, lo hemos conjurado. Cuando cese la sociedad de nombrarlo en toda ocasión, en toda conversación, la gente comenzará a olvidar al personaje y se concentrará en los crímenes y en la necesidad de sacarlo del poder. En poco tiempo hasta los bolibananos mas fanáticos comenzarán a titubear antes de nombrarlo, y a veces, al no venirle el nombre de manera automática al cerebro, simplemente citarán algunos de sus títulos: el comandante, el presidente, etc.; sumando así al esfuerzo. Ya vieron lo que sucedió hasta con un diputado oficialista en medio de la payasada del Calvario que confundió el nombre de Goriloro con el de Carlos Andrés Pérez...

(b) No hables de ese "ismo" que también invoca al criminal que hoy usurpa la silla de Miraflores. No temas hablar de BOLIBANANISMO terrorista, para referirte a los malandros que usurpan las posiciones de poder. Simón Bolívar no era bolivariano, y cada vez que se invoca su nombre para imponer una ideología, se termina oprimiendo al pueblo. Simón Bolívar fue un gran hombre, pero no nos liberó de nosotros mismos. En este sentido fracasó. Tampoco logró la unión que hubiera contrarrestado el poder del Gran Hermano del Norte. También en esto fracasó. No porque fuera un gran hombre, sino porque estaba rodeado de enanos mentales, mas pendientes de sus propias ambiciones que de la grandeza de un pueblo.

Cuando te refieres a los BOLIBANANOS criminales, no estas ofendiendo la memoria de Simón Bolívar. Son ellos quienes la ofenden al tildar sus crímenes, abusos y ambiciones de "bolivarianas." No olvides lo que dijo el Gran Mequetrefe hace algunos días: "No soy comunista. Soy bolivariano." (Esto cambió hace algunos meses cuando dijo: "Todavía la llamamos bolibanana, pero la robolución es socialista.")

No aceptes que personas como la Periodista Colomina te digan que el proyecto totalitario es "mal llamado bolibanano." Recuerda que en las elecciones de 1998, mientras las bandas criminales se organizaban para asaltar el poder, la Colomina concentró sus esfuerzos en asesinar moralmente a Irene Saez, pavimentando el camino a la dictadura bolibanana. Hoy es una de sus críticas mas fanáticas. Muy bien, pero recuerda que ella también se equivoca, y tratar de confundir al pueblo con falsas promesas de redención del nombre de Simón Bolívar, mostrando una estatura moral hipócrita y mentirosa, es simplemente condenar a las generaciones futuras, si, a tus hijos y a tus nietas, a que otro inescrupuloso líder del futuro vuelva a intentar la instauración de un régimen criminal utilizando el nombre de Bolívar.

(c) Cuando hables de Venezuela, recuerda que así era como se llamaba este territorio hasta que aprobamos la Bicha (el documeto ridículo, no confundir con Marisabel) en 1999. Después de aquello, ya la república perdió el nombre y representa a solo un sector: el bolibanano. Imaginen que hubiéramos aprobado denominar a la república "católica, apostólica y romana." Quienes profesan esta religión representan un 98% de la población, y aun así, no representaría a ese otro 2% que profesa otras religiones y, por tanto, se considerarían alienados del concepto de nación. Igual pasa con la "república bolibanana."

Por eso, siempre que escribimos hablamos de "el territorio que una vez se llamó Venezuela"; y a menudo cuando nos despedimos saludamos a los "apátridas" que así fue como nos llamó Goriloro a aquellos que nos oponíamos al engendro que es LA BICHA (el librito azul, no confundir con Marisabel).

(d) Finalmente, recuerda que la lucha es cuesta arriba. Que la oposición debe ser una convicción profunda y el centro de todas tus acciones hasta que despertemos de esta pesadilla. Esto quiere decir, que debes culpar de todo al gobierno y a los bolibananos. De la mala condición de vida, del desempleo, de la mala condición de las vías, de los asesinatos, hasta del clima. De todo.

Cuando vayas al mercado y alguien te comente que los precios son escandalosos, recuérdale que ese es uno de los éxitos de la robolución bolibanana. Cuando te digan que perdieron el empleo, recuérdales que al comprar pollo brasileño estas ayudando al desempleo de Brasil, otro logro de la robolución bolibanana. Cuando te digan que no les alcanza el dinero, les recuerdas que Goriloro tiene miles de trajes en sus clósets, que porta un reloj de pulsera que cuesta mas de cien mil dólares y que cada vez que viaja se aloja en los hoteles mas lujosos. Cuando te digan que no han podido pagar la renta, les recuerdas que las casitas bolibananas son gratis y que no son las cajas de fósforo del puntofijismo, recomiéndales que llamen a Aló Presidente y mendiguen una "solución habitacional." ¡Ya verás las respuestas que recibes!

Recuerda, que estás defendiendo tu propia vida, tu felicidad, tu futuro, y el de tus hijas y nietos. Cuando alguien te nombre al personaje por nombre y apellido les preguntas: ¿quien? Cuando te digan, el presidente, entonces les respondes: "¡Ah! Ese imbécil. Yo ni le nombro para ver si desaparece." Si en el transcurso de la conversación te lo vuelven a nombrar, vuelves a interrumpir: "¿Quien?" Hasta que cale.

En la medida que tomes en serio estas recomendaciones y los medios de comunicación apliquen el boicot mediático, verás lo rápido que la gente olvida al personaje. Verás lo rápido que se crea un matriz de opinión mucho mas negativo, que es lo que necesitamos.

Salud apátridas

bang!