"Porque me da la gana"

Aunque esta es una historia apócrifa y el mito dice que es un chiste, lo relatamos como nos lo contaron: el alcalde de Moscú recibió la visita del alcalde La Guardia de Nueva York, por allá en plena época en que Nikita Kruschev se enfrentaba a zapatazos con los Estados Unidos en la ONU. El moscovita invitó al americano al visitar el Metro de Moscú, del que la ciudad muestra un orgullo justificado. "Mire los espaciosos corredores principales," dijo, "sienta la rapidez de las escaleras mecánicas, note la diferencia de decorados cuando cambiamos de estaciones, el vidrio pintado que se incrusta en las columnas, los mosaicos en los pequeños domos que varían y alegran el techo de los espacios, la limpieza de todo piso y escaleras, la calidad del trabajo y de los materiales, las estatuas de Lenin y otros notables que enriquecen el espacio -porque nada es suficientemente bueno para los trabajadores."

"Todo lo que usted menciona es en verdad excelente," dijo el americano, después de revisar las instalaciones, y se dedicó a revisar los horarios de los trenes. Entonces miró al funcionario, miró el reloj en la pared y confirmó nuevamente la hora en su reloj de pulsera. El funcionario soviético se lo quedó mirando, y comenzó a sudar.

Esperaron unos cuantos minutos, y nada que aparecía el tren.

Al volver a mirar a su reloj de pulsera, el funcionario soviético no pudo aguantar y del nerviosismo le espetó al americano: ¡Si! ¿Y qué? ¡Ustedes acabaron con todos los pielesrojas!

Un evento parecido sucedió ayer mientras el corpulento Barreto (seguramente frustrado al no poder frecuentar como otrora los burdeles gay de la Avenida Urdaneta) era interrogado por los periodistas acerca de las contradicciones entre sus declaraciones y las investigaciones sobre la asfixia de un grupo de compatriotas en un hospital caraqueño bajo su responsabilidad. Exasperado ante las preguntas, hizo una afirmación, que fue refutada por la periodista. "¿Y eso ya pasa a ser verdad?" replicó. "Yo oí a Carmona diciendo unas cosas el 13 de abril..." agregó. Los periodistas señalaron que ése no era el tema del que se estaba conversando, a lo cual señaló: "yo sí estoy hablando de Carmona. Yo hablo de lo que me dé la gana. Voy a hablar de lo que yo quiera, aquí hay libertad de expresión. Voy a hablar de Carmona cuantas veces me dé la gana porque aquí hubo un golpe de Estado".

Como dijera Aristóbulo, quien también le tocó enfrentarse de manera descarnada a la opinión pública ante su propia ineficiencia: "Es más fácil pedir agua que dar agua." Dentro de poco escucharemos al parcha Barreto diciendo: "Es mas fácil pedir oxígeno que dar oxígeno." Al menos Aristóbulo sólo provocó uno que otro violín, mientras que la ineficiencia de Barreto le costó la vida a un puñado de compatriotas.

¡Qué tiempos aquellos, los del puntofijismo!

bang!