S.U.E. - suena hasta cuchi. La marchita fue una concentración de payasitos vestidos de rojo - alguno de los contingentes de lambucios de respuesta rápida - que llaman Frente de Educadores Bolibananos. Ellos piden:
- Una sola educación, sin distinción. Hablan de una contradicción entre los artículos 106 y 102 de la Bicha, como cariñosamente gusta decir el líder máximo y madre parturienta de la criatura.
- Respetar la educación privada, pa quien quiera pagarla.
- Imponer la educación "integral" a los planteles privados.
- Planteles públicos administrados por maestros.
- Un currículum común a planteles privados y públicos.
- Están en contra de la autonomía universitaria... creo.
Y, al final, no sólo vamos a tener una sino varias generaciones de "hijos e hijas" de la robolución que serán incapaces de adaptarse a las duras circunstancias del planeta. Pregúntele a un alemán oriental, pa' que le cuente. Por el momento, necesitamos urgente especialistas que nos expliquen cómo es mejor exportar a duras penas 3 millones de barriles y no los 10 que nos ofrecieron los ejecutivos "meritocráticos." ¿O ahora entienden mejor que es el mérito, algo que se gana, no que se otorga. Nos es el título, es el trabajo que tomó conseguir el título.
Es triste observar la decadencia acelerada por la locura de un régimen fanático. Es triste observar la procesión de marchas, unos pasan pidiendo la horca y todos pasan pidiendo pan - entretenido - falta de pan todos los días, y circo - también todos los días. Parecieran que son los mismos los que apoyan al régimen y los que lo protestan. Interesante como funciona esta dinámica, cada marcha convirtiéndose en la posibilidad de encender la chispa que fatalmente encenderá la pradera.
Todo eso a lo que los bolibananos se oponían, todos aquellos enemigos, son ahora los mismos, pero con diferente nombre. Todas las promesas rotas. Todos los sueños aplastados por la realidad del hambre, de la infelicidad y del sufrimiento. Las familias rotas en pedazos, buscando en tierras extranjeras aquello que su tierra natal es incapaz de entregarles. Todo alimentado por la desconsideracón de un sujeto amarrado a ideas que ya fracasaron.
No es producto de las geniales decisiones políticas y económicas de éste régimen que hay la prosperidad que hoy vivimos. Esta época ya la vivimos antes y la llamamos la Gran Venezuela. Hoy estamos en manos menos preparadas y sujetas a dogmas fracasados. Paralizada, la sociedad sufre convulsiones repetidas, leemos periódicos de la Gran Venezuela, y vemos cómo cometieron los mismos errores. No sirvieron anclajes cambiarios ni controles de precios ni sistemas de importación con dólares preferenciales. Cada uno de los esquemas palideció ante el tamaño del fraude cometido a la población. Ahora estamos en la peor situación de todos los tiempos.
El petróleo se va a acabar hoy o mañana. Tarde o temprano. Y los precios pueden caer precipitosamente, como ha sucedido en tiempos recientes. En ese momento, y de continuar por el camino que nos lleva la gloriosa robolución, seremos el país mas vulnerable del planeta sometido a la misericordia y lástima de la sociedad de las naciones. Ese va a terminar siendo el último legado del enano Simón en las tierras arrasadas por la ignorancia y la ambición.
Aparecerá la foto de un hijo (o de una hija) de la robolución con moscas en la boca muerta aplastada por una multitud de desarrapados peleando como hienas ante las entregas de comida de las Naciones Unidas. La foto aparecerá en la portada de alguna revista internacional y quizá Angelina Jolie decida adoptar uno de esos carajitos.
¡Buena suerte!
bang!