Mojones Bolibananos

#1 "Ahora PDVSA es de todos"

Este es el primer mojón bolibanano que vamos a comentar acá. Con la nacioalización -puntofijismo clásico- se nos comenzó a vender la idea de que esto iba a resultar en el bienestar de pueblo venezolano. En cierta forma, durante los primeros años, esto fue así. Fue gracias a la nacionalización petrolera que el Estado venezolano pudo emprender una ambiciosa política de modernización de la infraestructura nacional. Se construyeron carreteras, represas, hospitales, y se invirtió en industrias pesadas que, sin la gran cantidad de capital disponible por el chorro petrolero, no hubieran sido posibles. El gran ejemplo de esto es ALCASA.

La Gran Venezuela, apuntalada por el Fondo de Inversiones (FIV) se vio sustituida por el "ta barato dame dos" que degeneró en la terrible corrupción de Luis Herrera, Lusinchi y que provocó la gran crisis que todavía sufrimos.

Pero aquella consigna era: Ahora el petroleo es nuestro, que bien cantó Alí Primera...

Ahora no solo es nuestro, como decía el puntofijismo (y por nuestro querían decir, de ellos), sino que es de todos.

Mi amigo Héctor, quien a principios del 2000 se mudó a los Estados Unidos con la siguiente frase: a mis hijos no los voy a educar en un país que es capaz de elegir a semejante gorila... me relata la siguiente aventura burocrática libertaria:

A principios de año pasado presentó y pasó el exámen de ciudadanía norteamericana. Inmediatamente solicitó le emitieran pasaporte, el que recibió por correo un par de samanas después. Entonces, después de mas de 5 años de residencia en los Estados Unidos, decidió visitar la patria que le había visto nacer, se dirigió a la Oficina de Extranjería y le informó al director que, de conformidad con el artículo 36 de la Bicha (el documento ridículo, no confundir con Marisabel), hacía renuncia formal de su nacionalidad venezolana.

Después del revuelo inicial, los burócratas acostumbrados a tramitar la nacionalización de cuanto cubano y terrorista colombiano les mande el Goriloro, accedieron a su renuncia, la tramitaron, le revocaron mediante acto administrativo la cédula de identidad y archivaron su expediente. Entonces, con este expediente, se dirigió a las oficinas del BCV.

Allí le dijo al funcionario respectivo:

- Señor, como puede constatarse de acto administrativo número tal y tal, he renunciado a mi nacionalidad venezolana. De conformidad con las múltiples declaraciones del Goriloro, a partir de que se eliminara la meritocracia en la empresa PDVSA, ahora el petroleo es de todos. Por cuanto yo he renunciado a la nacionalidad venezolana que me hace acreedor de dicha propiedad le agradezco me haga un cheque, a mi nombre, por la cantidad de 48 bolívares con 16 céntimos.

- De donde sacó esa cifra, camarada.

- Yo no soy camarada suyo, con todo respeto. La cifra la saco de dividir el capital de la compañía. que es de un billón doscientos ochenta mil cien millones (bs. 1.280.100.000,oo) entre el número de habitantes que, de conformidad con las cifras del Instituto Nacional de Estadística es de 26.577.423.

Después de verlo un rato, el funcionario sacó una moneda de cincuenta bolívares y se la entregó.

- ¡Quédese con el cambio, camarada!

-Ya le dije, yo no soy camarada suyo.

Entonces procedió a hacerle un cheque por la cantidad de un bolívar y 84 céntimos, y entregándose le dijo:

- Aquí tiene. No le debo nada ni a usted ni a sus compatriotas. Buenas tardes.

(Nota: aunque esto es una parábola de la mentira, en realidad, de no haber sido devuelta la cantidad arriba mencionada, Hector hubiera podido demandar a la repúbliqueta bolibanana por el atraso de acuerdo a la siguientes cifras: 3.95 dólares diarios hasta que le satisfacieran su reclamo producto de multiplicar la producción diaria, multiplicada por el precio promedio. Esto quiere decir, en otras palabras, que aunque lo que produce PDVSA pareciera ser una boloña de dinero, para el ciudadano venezolano, PDVSA representa un una confiscación de 1441.75 dólares anuales, o de casi 3 millones cien mil bolívares. Con eso uno no se compra ni una moto.)

bang!